Se dice que antes de nuestra existieron 4 eras mas o soles.
El 1ro fue el sol de agua este mundo lo habitaron los gigantes que tiempo después fueron devorados por los jaguares, Quetzalcóatl coloco a la hermana de Tlaloc Chalchicuatlicue diosa del agua, Tezcatlipoca por envidia hizo que lloviera tan fuerte que se inundo la tierra y la gente se convirtió en peces.
El 2to el sol fue tierra y fue Tezcatlipoca, en este también lo habitaron los gigantes, Quetzalcóatl lo derribo con un vaston, y Tezcatlipoca cayó al mar, ahí se convirtió en tigre y devoro a todos los gigantes.
El 3cer sol fue Lluvia. Los dioses pusieron por sol a Tláloc; Quetzalcóatl hizo que del cielo lloviera lumbre, que todo lo incendiaba; así que, los que en él vivían, se quemaron o se convirtieron en pájaros.
El 1ro fue el sol de agua este mundo lo habitaron los gigantes que tiempo después fueron devorados por los jaguares, Quetzalcóatl coloco a la hermana de Tlaloc Chalchicuatlicue diosa del agua, Tezcatlipoca por envidia hizo que lloviera tan fuerte que se inundo la tierra y la gente se convirtió en peces.
El 2to el sol fue tierra y fue Tezcatlipoca, en este también lo habitaron los gigantes, Quetzalcóatl lo derribo con un vaston, y Tezcatlipoca cayó al mar, ahí se convirtió en tigre y devoro a todos los gigantes.
El 3cer sol fue Lluvia. Los dioses pusieron por sol a Tláloc; Quetzalcóatl hizo que del cielo lloviera lumbre, que todo lo incendiaba; así que, los que en él vivían, se quemaron o se convirtieron en pájaros.
el 4to sol fue viento y se puso Quetzalcoatl como sol Tezcatlipoca por venganza lo derribó y se levanto un viento devastador, que arrazo con todo y los hombres se convirtieron en monos para que surgiera el 5to sol, en el que vivimos, pero la tierra volvió a ser de tinieblas
Por esto los dioses se reunieron en Teotihuacan y hablaron entre sí:
¡Dioses, vengan acá! ¿Quién se hará cargo de que haya días y de que haya sol?
Tecuciztécatl, el rico señor de los caracoles, ofreció arrojarse a una hoguera prendida por Huehuetéotl, el viejo dios del fuego. Cuatro veces lo intento, pero tuvo miedo de las flameas; entonces Nanahuatzin, el purulento, humilde por sus pobrezas, cerrando los ojos se arrojó valerosa mente a la fogata y se consumió para convertirse en el sol de la quinta época. Tecuciztécatl, viendo el ejemplo de su hermano, valeroso se lanzó al sacrificio, aunque por la tardanza y la cobardía sólo se transformó en la luna.
Los dioses esperaron el resultado del sacrificio. Quetzalcóatl fue quien vio cómo el sol fulgurante, reaparecía por el este; poco después salió la luna, pero para evitar que iluminara junto a aquel, uno de los dioses le arrojó a la cara un conejo, cuya silueta aún conserva, mandándola del día a la noche.
Así nació el sol de nuestra era.
El signo del quinto sol fue Cuatro Movimiento, llamado Sol de Movimiento o Nahui-Ollin, porque se mueve y sigue su camino. Los viejos decían que en él habría movimientos de tierra, hambre y muerte.
¡Dioses, vengan acá! ¿Quién se hará cargo de que haya días y de que haya sol?
Tecuciztécatl, el rico señor de los caracoles, ofreció arrojarse a una hoguera prendida por Huehuetéotl, el viejo dios del fuego. Cuatro veces lo intento, pero tuvo miedo de las flameas; entonces Nanahuatzin, el purulento, humilde por sus pobrezas, cerrando los ojos se arrojó valerosa mente a la fogata y se consumió para convertirse en el sol de la quinta época. Tecuciztécatl, viendo el ejemplo de su hermano, valeroso se lanzó al sacrificio, aunque por la tardanza y la cobardía sólo se transformó en la luna.
Los dioses esperaron el resultado del sacrificio. Quetzalcóatl fue quien vio cómo el sol fulgurante, reaparecía por el este; poco después salió la luna, pero para evitar que iluminara junto a aquel, uno de los dioses le arrojó a la cara un conejo, cuya silueta aún conserva, mandándola del día a la noche.
Así nació el sol de nuestra era.
El signo del quinto sol fue Cuatro Movimiento, llamado Sol de Movimiento o Nahui-Ollin, porque se mueve y sigue su camino. Los viejos decían que en él habría movimientos de tierra, hambre y muerte.
